No sé cómo se inician las amigas, solo sé que mi amiga más larga de la vida la tengo desde hace veinte años y que las más recientes, esta primavera cumplimos cinco años de amistad. También hay quienes sin saber cómo, somos amigas desde hace meses, ¿somos amigas? no lo sé, vamos a tientas, la amistad se crea en correspondencia y casi siempre sin planearlo, quizá un día lo seamos, por ahora somos desconocidas que poco a poco dejan de desconocerse. Me gusta, y no lo sabía, el coqueteo en las preguntas entre dos mujeres que quieren descifrarse: ¿qué película te gusta? ¿qué haces los fines? ¿alguna vez te has preguntado este o el otro tema? No soy la más atenta en la conversación porque la vida capitalista me absorbe, por fortuna a ellas también, así que la conversación es como un chicle que retomamos a destiempos, me gusta tantearnos, me gusta porque la vida se renueva y nos va llevando, si una aprende la lección, con mujeres que también le apuestan a la lluvia y a la vida. Me gusta saberlas enteras con vidas que no requieren nada mío. Me da paz saberlas ajenas a mí y libres. Me da paz saberme ajenas a ellas y libre.
