Traigo palabras atoradas

Traigo unas palabras aquí atoradas para quienes traicionan amistades, para las que rivalizan con otras mujeres, para aquellas que quieren lo mismo que la otra para demostrarse que son mejores que ella: su vida, su trabajo, sus proyectos, sus ideas, sus textos, su relación, sus amigas o su historia, en lugar de construir con sus manos su propia balsa en la que el remanso del agua las lleve a donde soñaron.

Traigo sueños en forma de palabras para las que viven desde la honestidad, para las que se mantienen firmes aunque la misoginia alrededor las señale o incluso las expulse de lugares, para las que no juegan a contentar a nadie porque se pertenecen a sí mismas para amarse con otras, para aquellas que se responsabilizan de su propio andar sin andar pidiendo a otras que les resuelvan las ilusiones, los sueños, las deudas y las expectativas.

Traigo dudas sobre los procesos que han rociado sobre nuestras cabezas como químicos de la destrucción, para las nuevas mutaciones que el patriarcado crea contra nosotras, para el contexto de exterminio de mujeres y del planeta, para las zombificadas por lo trans, para las re-zombificadas por lo lgbt que creen defender la lesbiandad y solo defienden la patologización misógina de las mujeres, colocándose estampas y hologramas arcoiris que creen que no podemos mirar.

Tengo miedo a la absorción institucional, a las imitaciones de nosotras con erario público que creen aún que se puede hacer algo por dentro, recibiendo dinero de las mismas fundaciones que venden mujeres sin ver que son parte del informe final que justifica más dinero para el despiadado comercio del alquiler, venta y asesinato de mujeres.

Tengo imaginación para pensar otra munda, pero la ingenuidad de quien aún cree que el horizonte nadie más lo vio tan hermoso y pintoresco como nuestra generación, también tengo la desilusión de no ver todo el verde que necesito y el cansancio de correr todo el tiempo para dejar en claro que el patriarcado que pisa nuestros talones, no somos nosotras, ni aunque vengan en forma de las que estuvieron alguna vez cerca.

Tengo poco tiempo para las muchas mujeres que amo, ideas que nunca serán, proyectos que van abriendo sus alitas a contratiempo, mensajes en el celular que no alcanzo a responder, le tengo miedo a los días que pasan tan rápido y a la tranquilidad del patriarcado… pero ¿saben? tenemos aún lagos, lechugas que vemos cómo cortan para comérnoslas, risas al amanecer y un plato de vegetales cada tarde a las cinco, para recordarle a nuestra cuerpa que conocemos la vida aún, aunque quien sabe cuántos agroquímicos se vayan adentro sin saber qué espera a nuestra cuerpa en el futuro, pero aún son verdes, comos los árboles que nos fuimos a conseguir a la puerta de nuestro hogar, desde donde cae el sol, la sombra y lluvia.

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