Hace dos años me subí a un camión rumbo a Querétaro a ver por primer vez a Furia, apenas un par de días después de intercambiar mensajes por facebook. No te atreves a venir. Cómo no. Llegué la noche siguiente. Tuvimos sexo lésbico delicioso y la vida siguió su cauce…para llegar a hoy que como cada mañana hemos desayunado juntas, está vez panes con queso, entre los besos cotidianos, la gata presumida que pasa contoneándose y el perro llorón que piensa nadie lo quiere si le quitas atención cinco minutos. ¡Dos años! Quién sabe cómo hace el tiempo para pasar así de rápido y cambiarlo todo. Felices dos años, Furia Furiosa, ha sido una aventura amarnos a nuestros distintos ritmos que se acomodan de vez en cuando.