Me estoy dando cuenta que una sí llega a creerse lo que la gente dice de una: la gritona, histérica, enojona, dramática. Una no sabe cuánto lo llega a creer hasta que de tanto calzar la mentira, una se hace daño. Cuántas mentiras vertidas sobre mí. Yo creía ser ruda, mala y un monstruo como dicen quienes mienten de mí. Lo asumí en algún momento y desde ahí comencé a relacionarme: No acercarme, no decir, no ser, mantenerme alejada como quien controla un veneno que al final no existió. Nunca fui, no soy, no había veneno, era ternura controlada. Soy frágil, amorosa y tierna, como mis amigas. Soy ruda y una fiera con quienes oprimen. No soy lo que dijeron de mí.