Siento que ya mero voy a menstruar, se me bajaron las pilas y quiero comer todo. Quién sabe qué sería de la menstruación sin el patriarcado, quizá en lugar de que bajaran las pilas, me iría a andar en bicicleta por campos verdes que no existen más. O igual se me bajaría la energía, pero quizá no me querría comer todo porque la comida no sería consuelo ni consumismo, sino alimento y placer. O quién sabe y estaría tirada sin hacer mucho, comiendo frutos libres, pero vivo en el capitalismo. Ayer hubo tianguis, me compré mis galletas de maíz cacahuazintle que si las remojo me saben a monte o a humo de comal, aún no sé a qué me sabe más, y un racimo de uvas que ya casi se acaban. Hace unos días se me rompió una atadura que traía cargando hace una década, uno de esos pendientes que una no cumple por desidia, por desinterés, por falta de tiempo, porque se cree insuficiente, etcétera, y ahora que estoy por cumplirlo, siento que en mi vida hay más tiempo, más posibilidades, más vida, como si de pronto tuviera más años por venir, ahora me siento interesada en cosas que antes no y hasta puedo pensar en cosas que antes creí que no eran para mí. Vaya, vaya, quizá escribí esto como mensaje menstrual: Cumplan sus pendientes, sí aliviana mucho eso. Ya me voy a seguir comiendo, a ver si ya mero llega la menstruación.