Vértebras

Pues acá mis aventuras de fin de año. Llegó por azares una entrenadora deportiva a casa, luego de verme caminar chueca por la simple convivencia, dijo que mi dolor en la espalda es la ciática, que debo desinflamar y luego rehabilitarme con una terapeuta física, después ya puedo volver a correr o empezar yoga, o quizá hacer yoga por rehabilitación, pero que es diferente a practicar yoga blablabla. ¡Noooo, por qué! Tuve que ir a consulta porque me espantó, me dieron esas inyecciones que dan de complejo b, hace como dos años me las pusieron también porque dejé de caminar por el dolor, anoche me pusieron la primera, también insistieron en consulta en que ahora no corra: «Eso sonará extraño porque recomendamos a los pacientes justo lo contrario, pero no haga ejercicio ni corra por ahora». Mi mamá ama las inyecciones así que ya siente que me estoy curando. Yo traigo un duelo porque mi placer secreto es correr, subirle a la música y drogarme de las sustancias que produce solita mi cuerpa, ya casi llego a los 5 km en media hora y para mí eso es como ser campeona olímpica, amo por encima de muchas cosas ir a correr a las vías del lugar donde nací, mientras aparece el sol de la mañana, pero dadas las circunstancias tendré que esperar. Me parece un mensaje de las diosas eso de «no corras por ahora», o sea, que debo ocuparme de rehabilitarme para poder correr otra vez. El punto es que correr me da placer como casi todo lo que hago, pero puedo correr en buenas condiciones y no andar corriendo toda lastimada porque termino más lastimada. Estoy un poco desesperada porque ya quiero volver a correr y caminar largas distancias, pero creo que me desahogaré con mi otra droga que es leer. Diosas. ¿A ustedas qué lecciones les ha dado su cuerpa?

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