Su cabello corto

En el radio debió estar sonando las Flans, era tarde, quizá las cinco, venía de su trabajo, su novio le había dicho un día antes que su cabello era muy bonito, que no se lo cortara “nunca”, cuando lo escuchó se enmuinó tanto que corrió a la estética: “me choca, no me gusta que me digan qué hacer”. Desde entonces lo usa corto. La abuela le contó años después que cuando el abuelo era su novio hizo el mismo comentario y la bisabuela le cortó su cabello porque ningún tipo va a venir a opinar de ellas, tampoco lo usaban largo. Su argumento para mí siempre fue el calor infernal de Tehuacán, por su clima semi desértico, hacía tanto calor que tampoco usó playeras de cuello redondo porque sentía que la asfixiaban, yo no la recuerdo de otra forma, con blusas transparentes que dejaban ver su brassier, con sus faldas cortas, a mí me daba pena que se vistiera así, le decía que era una inmoral con indignación infantil, además “inmoral” era su palabra favorita y me gustaba regresársela en tono de burla, no lo decía en serio y años después usé unas similares, sus favoritas eran las blusas de hilo grueso, las dejó de usar no hace tanto, y yo las volví a ver hace poco que volvieron de moda. Una vez de joven se hizo base, le brotaron unos chinos extravagantes, pero pequeños, yo pienso que si hubiera nacido en los noventas, se habría hecho un rapado lateral, ustedas saben por qué, siempre me dijo que tenía calor, que hervía en calor, que no entendía mis cabellos largos, toda pichichuda, y que lo llevara suelto mucho menos, le daba ansia que yo quisiera ir de media coleta a la escuela, ¡hazte un chongo, niña, hace calor! yo me apresuraba a hacerme una coleta completa, aunque creía que el peinado de media cola era de princesa, pero mamá no me dejaba ser una princesa porque decía que no iba con mi personalidad. A finales de los noventas se pusieron de moda los piojos y las cucarachas, unas cosas de plástico con las que las niñas adornaban sus coletas, sus trencitas, sus peinados, mamá, ¿me puedes hacer dos coletas? ¿me puedes hacer muchas trencitas como las niñas? ¡ay, no, qué visión es esa!, no hay tiempo, una coleta y vámonos, lo que importa es lo que estudias, no cómo vas peinada, bueno, yo me puse piojos adornando mi coleta entera porque yo quería llevar piojos a como diera lugar. Mi hermana la mediana esa sí nunca la obedeció, no sé cómo sacaba su seguridad, pero Iliana se iba peinada de chonguitos largos, enrroscados, usaba media coleta aunque mamá opinara que hacía calor, se hacía dos trenzas y hasta llegó a usar listones. Como mi mamá sabe mi hermana es una reencarnación de otra mujer amada, dice que por eso a Iliana le gustaban las trenzas porque a ella nunca le gustaron.

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