Presunta capacidad paridora

Sé que muchas veces la he citado, pero de verdad que el término «presunta capacidad paridora» es necesario y potente.
Para la lesbofeminista Karina Vergara Sánchez, es en la presunta capacidad de parir donde se sitúa la excusa de la opresión patriarcal, en otras palabras, solo las que hemos nacido con vulva (o lo más similar a una vulva por los pocos casos de condiciones intersexuales) se nos adjudica esta presunta capacidad paridora, hay que hacer énfasis en “presunta” porque puede ser que nunca paramos, es decir, que un día generemos tumores en nuestro útero y no podamos parir aunque quisiéramos; podría ser también que no sintamos las ganas de parir jamás; podría ser que descubramos mediante algún estudio que no había un útero en nosotras como pasa en el síndrome rokitansky; o que incluso alguna vez nos hagan un estudio cromosómico y resulte el remoto caso que no eres XX sino XXY, podría ser también que presentemos cualquier ausencia de menstruación por nuestra edad o por alguna causa biológica, no importa ninguna de esas situaciones, de todas formas al nacer se asumió que un día podrías parir y fuiste educada mujer, ahí está la excusa del opresor, en tu vulva ligada socialmente a una “presunta capacidad paridora”, una capacidad para el beneficio de los hombres, en otras palabras, la excusa se sitúa en tu anatomía de mujer, a tu vulva real, tangible, visible, indiscutible, cuando naciste, obviamente no fue culpa ni esencia de tu vulva, ha habido un ginocidio fundante del patriarcado que definió que nuestro cuerpo sería un objeto. Con base en esa guerra ginocida se sigue definiendo que todas aquellas con presunta capacidad paridora, seremos mujeres en el patriarcado, no requiero, con el tiempo, mirar tus genitales, ni pedirte una carta cromosómica, para entender que eres mujer solo basta mirar tu socialización de mujer. Los hombres no tienen duda de quién es mujer cuando se trata de violar y asesinar, la socialización es toda la clave, así como nuestro cuerpo sexuado de mujer.
Por otro lado, los hombres no nacen con esa presunta capacidad paridora, por tanto, son socializados hombres, es decir, si nacen con pene, son hombres para toda la vida, no importa qué intervenciones o cirugías estéticas se realicen, ni a qué edad lo hagan, han nacido para ocupar el lugar del violador opresor y lo harán paulatinamente desde su infancia, así se envuelvan en brillantina.
A veces me suelen preguntar qué pasa con las condiciones intersexuales en hombres, tampoco hay debate, si nacieron con pene, son hombres, no lo digo yo, el patriarcado los reconoce como jefes y propietarios por nacer con pene, y esto no cambia con el paso del tiempo. Ha habido casos de hombres que dada alguna condición intersexual –como el síndrome de müller– se descubre que hay un útero adentro de ellos, en este caso no corresponde a ellos la presunta capacidad de parir porque no hay forma en que ellos puedan parir, tienen testículos y pene desde el nacimiento y fueron educados como hombres, así que las condiciones intersexuales no implican un desorden al sistema patriarcal, que nazcan un porcentaje reducido de personas con condiciones intersexuales, o que se les clasifique en ciento treinta y dos versiones para manjar de especialistas, no altera el orden del patriarcado, crecen como hombres o mujeres, no hay más.
La disyuntiva de ser hombre o mujer se encuentra en si puedes o no parir, y el acto de parir está situada en un útero y una vagina, que son visibles a través de una vulva. A las menores recién nacidas no se les hace un estudio para comprobar la funcionalidad de su útero, en cambio, se les mira la vulva para definir su vida de mujeres, entonces, si has nacido con vulva sabes lo que es ser mujer, sabes lo que es ser educada mujer, lo que es pertenecer a la historia de las mujeres, lo que es haber sido reducida a objeto por una guerra que ocurrió milenios antes de que naciéramos, no requieres tampoco una inspección de genitales para mostrar que eres una mujer, a una mujer se le reconoce con solo mirarla, no importa si nunca ha usado un labial o si su espalda es angosta o ancha, la socialización es el punto de todo, a una mujer se le puede reconocer incluso con injertos de barba, su cuerpa la delata.
Ahora, no somos solo que ellos hicieron con nosotras, somos la rebeldía ancestral ginocéntrica, pero eso, también lo saben ya.

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