Hoy fue un día muy especial porque cumplimos diez años de talleres ininterrumpidos, de escuelas feministas, de periodismo feminista y festivales en Ímpetu Centro de Estudios. Quise pasar todo el día pensando en todas las que han confiado en nuestro trabajo, en todas las que dejaron maridos/novios en el proceso, las que se alesbianaron… ¡y son tantas!, no fue que lo hicieron por nosotras, lo hicieron solitas, pero nos tocó acompañar y eso es lo más cercano a un sueño. El trabajo ha sido arduo, hemos pasado de todo en esto, por mucho de todo, por harto de poco, pero seguimos, yo pienso que es la primera década, pienso que vienen muchas más, siento que viene mucho más y que es apenas el inicio de algo. ¿Diez años? Claro, esto inició cuando yo cumplía 22, arrullar un proyecto que nos decían –a todas– que abandonáramos, pero acá estamos, llenas de vida, de experiencia, de emociones, aún como si fuera el primer taller, aún como si fuera la primera charla, aún me sorprendo del amor que puedo llegar a sentir y me emocionan las palabras que todavía me falta por conocer. Diez años suena a nada, pero yo he visto pasar mi vida a lado de tantas mujeres y no puedo estar sino agradecida con la universa y con ustedas, o con ustedas que son la universa. ¡Por si fuera poco! Mis amigas me enviaron una pizza –mi favorita– para el festejo esta tarde mientras el sol colaba sus rayos entre las jacarandas de mi hogar, ¿cómo así? ¿qué es esto? Qué belleza estar viva. GRACIAS.
