Vivo en la Ciudad de México y no sé qué haría si no hubiera encontrado un departamentito como donde vivo, rodeado de al menos un par de árboles. Es asombroso el efecto que me provocan. Soy de las que caminan mirando hacia arriba porque es increíble que sean verdes, tengan ramas, den sombra, sus hojas sean de formas alocadas. Bueno, yo ahora me asombro con la idea de que sean las plantas las que producen frutos y verduras, ¿no es demasiado asombroso? no me mal entiendan, claro que lo sabía, pero no lo sabía en realidad, no lo sabía en mi cuerpa, ahora siento que lo entiendo, de la tierra y del agua salen frutos, verduras, hongos, solo de la tierra y del agua, ¡qué increíble!; es como cuando supe, no es que no supiera, es que lo supe corporalmente, que del útero de las mujeres y de su fuerza, existimos todas. ¿No es muy obvio que los hombres son parásitos? ¿No es demasiado obvio que el lenguaje lo inventamos nosotras? ¿Que la vida somos nosotras? ¿Que el agua somos nosotras? ¿Que los árboles somos nosotras? ¿No es demasiado obvio que ellos nos están succionando la vida y la munda?