Luz María cambió la chapa de la casa donde vivía para que su marido no pudiera volver a entrar, lo logró y se libró de él por siempre, era mi bisabuela. Amelia nos juntó a todas las hijas y nietas para avisarnos que se divorciaba de su marido después de tantos años y golpes, era mi abuela, luego se fue a vivir a un jacalito con gallinas. Estrella me decía de niña mientras barría la casa que yo no sería esposa de nadie, es mi madre. Si hablo con mis ancestras a ninguna le haría gracia que yo quisiera un mundo mixto con ellos, cuando dialogo con ellas, incluso con Luz y Amelia que ya no están en este mundo vivo, me vuelven a susurrar que la lesbiandad es el camino. No sé qué les dicen sus ancestras a ustedas y no aspiro a contárselos. Yo lo que cuento es que en mi ginealogía, las nietas somos lesbianas, no es figurado, más de tres nietas lesbianas florecimos aquí porque a veces toca la suerte de que varias entendamos el mensaje.