Si pudiéramos volver sobre los avisos que nos dio nuestra cuerpa en el pasado, entenderíamos las veces que nos salvó para irnos de una relación, un trabajo y cualquier hombre. Es cierto que una duda de sus propias sensaciones y emociones porque la presión patriarcal y capitalista es grande, hay que aguantar para sobrevivir, pero es cierto también que la cuerpa logra interponerse y vence, ese dolor de cabeza, el colon inflamado, la garganta cortada, la infección urinaria… desaparecen cuando él no está. La cuerpa nos levanta todos los días y nos enseña con latidos dónde está el descanso, los anhelos y los sueños. Y si pones atención, al lugar a donde nos enseña a ir, no hay ningún hombre cerca. Si pudiéramos volver sobre los avisos que nos dio nuestra cuerpa en el pasado, aprenderíamos a volver a la munda de mujeres donde no hay a quien servir.