Si eres mujer y acudes al INE a sacar o renovar tu credencial de elector, que es la identificación oficial en México, desde el año pasado te preguntan si quieres que tu credencial diga que eres «mujer» o no, así tal cual, como quien elige el color de su carnet. Vaya, vaya, vaya. La revolución queer triunfó, se abolió su género de los documentos y los feminicidios se multiplican dolorosamente por doquier.
Por más que nos insistan, la realidad patriarcal no se modifica dejando de decirnos mujeres, esa es la trampa capitalista para inmovilizarnos.