La misma mujer que te decía “hija, estudia” o “hija, viaja” es la misma mujer que te decía que no engordaras, que no alzaras la voz o que recogieras los platos de la mesa al final de cualquier comida con hombres. La resistencia viene cifrada, tienes que descifrarla, descifrar las enseñanzas de la resistencia y separarlas de las enseñanzas de la misoginia que son siempre obligatorias. Ya verás entonces que esas mujeres que mal recordabas se dibujan frente a ti como maestras.