La maravillosa de Iliana, mi hermana que se tituló el mes pasado, hoy recibió la nueva de que vuelve a ingresar pero a su segunda licenciatura. Ando de orgullosa hermana.
Esta mañana las niñas del grupo de 8-12 me sorprendieron cantando quedito una canción de Natalia. Bajé apresurada adivinando un ejercicio de canto con las profesoras talleristas de la equipa, muriendo de curiosidad por esa planeación que tomó meses, pero lo que encontré fueron más de una decena de niñas bailando mientras cantaban quedito, sin que nadie se los pidiera, una de sus canciones favoritas. Niñas bailarinas cambiando pareja entre sí, dando vueltas, moviendo sus piecitas.
Esta tarde nos fuimos a comer Teté, Joy, Furia y esta que les escribe. Acabamos nuestra primera semana del curso de verano. Hubo brownies de postre en el lugar favorito de todas, con la cheff que nos pidió el contacto de la Ginotattoo.
En un ratito inicia Análisis del Patriarcado con mujeres brillantes de su piel y sus ideas. Nos tocará otra sesión con el fondo de lluvia y relámpagos. Habrá café.
Estoy estos días, y más que de costumbre, agradecida con la vida, con mis ancestras, con las amoras, con las diosas, por acomodar el camino para llegar a estos días. Debe ser la lluvia que me pone tan de buenas. O son las niñas quienes te ayudan a seguir el rumbo elegido, para mostrarte que nada importa tanto como para no cantar esa canción.
