La primera noche que estuve en urgencias obstétricas en el IMSS, me tocó entender lo que hace décadas se entiende como violencia obstétrica. Mujeres obligadas a permanecer acostadas, con dolores insoportables, gritos incontrolables, regaños de enfermeras y doctores, órdenes de no pujar cuando el bebé ya estaba coronando, solo porque a esa misma mujer no le creyeron el dolor minutos antes y no querían un parto fuera de quirófano. Una noche basta para quedar sorda entre tanto dolor por la negligencia, entre tanta soledad también, porque todas permanecemos casi atadas a la cama, sin derecho a una persona que nos acompañe. Al ver todo eso me arrepentí de elegir parto, de todas formas, dos días después me llegaría una cesárea por motivo de preeclampsia, atendida ahí mismo, pero de la segunda noche no recuerdo nada más que más gritos alrededor. Los médicos y médicas gozan de mucho poder porque esas mismas mujeres gritando de dolor, amarraditas a su cama, serán dadas de alta mal cosidas, con un bebé pegado a sus senos que no siempre emanan la leche que se espera, pasarán varios días sino semanas tratando de adaptarse a su nueva vida, algunas con depresión, y no llegará la denuncia por violencia obstétrica, apenas será un recuerdo malo en nuestro álbum de anécdotas, con mucho estrés postraumático contenido entre palabras, ahí reside el poder de médicos y médicas, una mujer puérpera, convertida en madre, con el paso de los días, el cansancio, el capitalismo, no volverá para hacer su denuncia ni tendrá el tiempo para ajusticiar cabezas de autoridades. Ahora mismo me viene esa consigna cuir que muchas repiten: «No puedes hablar cosas que no has vivido», para así evitar meterse a hablar de la explotación sexual de mujeres y niñas porque, dicen ellas, «¿ya le preguntaste a ellas, quizá fue su decisión?». Qué tontería. Ahora mismo creo que la violencia obstétrica es un tema de todas, sobre todo, de las que no lo han vivido, o de las que hace años que lo vivieron, o de las que tienen tiempo y fuerza, porque si se cree que es un tema de las mujeres recién paridas, seguirá sucediendo con lujo de impunidad. ¿Se imaginan todos los temas que son de todas y andamos pensando que no?