Sensaciones que Siwuatl me hace rememorar: El fastidioso momento en que hay que quitarse la toalla con la que te envolvieron después de un baño caliente y hay que pasar a vestirse medio friolenta y apurada. El hambre bestial de madrugada pegada de la chicha de tu mamá mientras jugueteas tocando tus propias piernas, pateando al aire. El terrible momento en que oscurece y te desesperas por un segundo porque nadie corre a prender la luz y debes gritar para ordenarlo. Dormir pegada a mamá y hacerse bolita ocultando la cara entre su axila, su panza, su hombro para que no nos vea y nos deje fundirnos en ella. Chupar el dedo, la mano, sentir la saliva escurriendo entre el cuello porque empiezas a hacerte consciente de tener boca, de tener manos, y terminas envuelta en tu propia sopa de baba. La caricia al propio cabello mientras estás prendida a tu mamá, comiendo sin pudor, aún siento entre mis dedos unos listones improvisados que me hacía para disfrutar de la textura lisa de los cabellos de mi cabeza, mientras comía.