¿Tomas alcohol? no, ¿cuántas veces al día comes? cinco, ¿cuál es tu comida favorita? las setas, ¿eres vegana? no, ¿por qué dices que las setas? es lo primero que busco en los mercados y tianguis, ¿qué más comes? papas, me gustan las papas, hago papas con setas, ¿fumas? no, ¿qué cenas? una manzana o pan con chocolate o galletas de maíz cacahuazintle. ¿Qué harás ahora que tu vida cambie? no sé, sé que cambiará, pero no creo que muchísimo, en realidad, ¿sabes? estoy lista, oye, imagino, ¿me avisarás que mi vida cambiará? ¿cuándo me confirmas? pero no le digo, tengo miedo de que note mi impaciencia, mis noches de ilusión, mis miedos más profundos, así que no pregunto, pero debo decirle todo esto con mi carota que ella mira por la pantalla. Ella me devuelve mis temores con ese gesto que una hace cuando no puede decir nada más y me confirma con su voz que no me puede dar más información. Esto es como estar postulando para ser espía contra el patriarcado. ¿Estoy postulando para ser espía contra el patriarcado? Creo que lo estoy haciendo. No es cierto, pero se siente así.