Esta mañana desperté sin ganas de esforzarme. He empujado tanto un proceso que hoy que me harían otra evaluación, amanecí con la energía baja. «Yo dije esta mañana, ya para qué si no me van a aprobar». Sí te veías así, dijo mi hermana. Así que ella se apuró a acomodar un frutero y puso mantel en la mesa. Cuando llegó la inspectora, el perrito Brutus movía la cola y la Bichi se contoneaba alrededor. Esta es buena escena. Mi vecina apoyó, quiero imaginar que el pan de Vianca comunicó que se lo pedía de corazón. Y mis amigas que también son mis vecinas también entraron en escena. Creo que fue un gran día, ahora quiero comerme algo que me llene mis horas de espera. Pero no tengo hambre. Me toca entrar a sesión entre lesbianas. Todo va a estar bien.