Estoy en un tratamiento médico que implica el consumo de hormonas. No había entendido cuando compañeras y amigas me hablaban sobre ello, me parecía incomprensible, ahora es distinto. Todo comienza en la mañana con la sensación profunda de extrañarla a punto de querer acurrucarme con ella, avanza con la sensación de estar sola y pronto el día se pinta entre penumbras hasta que el llanto estalla y me es difícil parar, encuentro los problemas más grandes y los miedos más profundos, me siento aún más desprotegida y el mundo es más abominable. La primera vez que sentí esto creí que era un tema emocional y conseguí psicóloga. Ahora ya no estoy tan segura. Si bien mis problemas hormonales son una oportunidad de abrir la caja de pandora, la verdad es que hay cosas incomprensibles que me están alterando la sangre. La primera vez que sentí esto pensé que seguía siendo yo, pero ya no estoy segura, es como si las hormonas pudieran volverme otra que aunque soy yo, no soy yo en realidad, lo supe cuando los efectos de los medicamentos pasaron y mi vida volvió a ser alegre, por eso supe que hoy regresó la penumbra, los miedos y el desconsuelo. Sin embargo, estos miedos no soy yo, tampoco estas horas de sueño, menos la soledad desoladora, no quiero reconocerme aquí, no soy esto.