Cuando estudiaba la secundaria, solía pensar que un buen día tendría tiempo de vivir. Un día no habrá tarea, un día no habrá horarios, un día me atreveré a hacer esto o aquello. Y esos días no llegaron y esos días son estos días y no hay vida después de los plazos, es esto lo único que hay. No hay más vida atrás de esto, ni más tiempo, ni más futuro. Y sí hay porque podemos hacer planes, pero no hay tanto como para confiarnos. Así que si esto es lo único que hay, la rebelión no espera por nadie.