La amora entre mujeres no es maravillosa maravillosidad siempre, tenemos razones de temer no ser correspondidas. Por ejemplo, a veces una ama y no hay respuesta de vuelta, ya estamos acostumbradas; pero otras veces no solo no hay amor de vuelta sino gritos, amenazas, traiciones, mentiras y violencia. ¿Dónde se guarda todo? Me ha tocado aprender que cuando la otra no solo no corresponde sino que busca herirte, toca guardar las cosas, armar una protección, guardarse los momentos y esparcirlos en una, toca ponerse a salvo, sin temor a traicionar nada porque ya no existe más, se rompió antes de que tú lo supieras y te toca guardarte lealtad a ti, a las que te aman, con las que construyes, te toca que esa amora que envías a la que te violenta, ya no la envíes más. Me ha tocado entender como quien llega tarde a la fiesta, que no había nada qué resguardar en aquella que buscó o sigue buscando herirte, pero una no lo entiende, una no comprende la lógica de quien aprendió a herir mujeres siendo mujer también, pero no importa no entenderlo, importa ponerse en resguardo con quienes te aman, con quienes nos alimentamos, con quienes nos acurrucamos, con una misma. Yo sé, ¿se siente raro, no? se siente a que eres malvada, bien, no hay nada malvado en no enviar amor a quien te daña. Se vale ponerse a salvo, amoras amorosas, bonitos días.
