Mi noviadeentonces insistía en salir con ellas. Era un grupo de mujeres que habíamos conocido en un evento. A mí no me entusiasmaba más que mi cama y una película de esas viejas de Julia Roberts. “Es que todo el tiempo trabajas y nunca quieres salir”. En la sala del cine estaban todas muy alistadas para ver esa película lésbica de temporada. Tomé asiento y se sentó cerca Rosaura, ella era magnífica y me provocaba debates que tenía escondidos en algún lugar de mi cerebro… y de mi cuerpa. Ya nos conocíamos, un día me había regalado pan de chocolate con un poema de esos feministas en son de agradecimiento por una vez que no pudo llegar a su casa y se quedó en la sala del departamento que entonces rentaba. Me resultaba amorosa y graciosa, pero seria y solemne también, además de muy atractiva. Habíamos hablado por horas de todos los temas y me pregunté en secreto si me gustaba o era esa magia de conocer a una mujer que me pasa siempre. Escuché un murmullo ligero alrededor como cuando haces burla a alguiena sobre que le gusta alguiena más mientras tomábamos asiento. Mi noviadeentonces se sentó al otro lado y miramos esa película que solo nos gustó porque salía cierta actriz. Pasaron los días y me resultaba confuso ver a Rosaura, supuse para mi tranquilidad que no pasaba nada y que debía sentir sin pensar en más porque que el que te interese conocer a alguiena no significa más que eso. Después de todo me gusta hacer amigas. Comenzamos a hablar en redes, en WA, en instagram, en facebook y en tuiter. Ella tenía una novia y esa novia era amiga de todas pero más de mi entoncesnovia. Creo que un día el fantasma de la monogamia llegó a límite porque dejamos de escribirnos. Por aquella época mi noviadeentonces me dijo que necesitaba tiempo porque no quería estar conmigo más. Le conté un poco a Rosaura y decidí dedicarme a estar sola y sin amigas. En esos momentos de cortar siento que todo es ruido y requiero silencio. Poco tiempo después Rosaura comenzó a escribir cosas diametralmente opuestas a las que habíamos hablado. Ahora creía que el machismo tenía fundamento biológico y que las mujeres lesbianas habían nacido con un dedo más grande, el anular más grande que el índice, decía que no se podía elegir ser lesbiana y que el feminismo era una farsa. Me extrañó pero la olvidé. Con el paso de los años me hice capaz de superar mujeres convertidas al machismo otra vez. Me enteré con los años que su novia andaba con mi entoncesnovia por el tiempo de las salidas de cine y que cuando se enteró que Rosaura y yo nos escribíamos decidieron alejarse del feminismo. Supe que mi entoncesnovia le juró amor eterno pero que un día también se aburrió y nunca concretó un escape a una playa que tenían planeado. Y que Rosaura no había sabido explicar los mensajes que había en su celular, así que juraron portarse bien y no volver a salir en grupo de amigas, supe también que yo era la responsable de todo, yo que quería estar en cama viendo una película vieja de Julia Roberts, también supe que no era una verdadera lesbiana por lo de mi dedito, así que miré mi mano y encontré el anular más grande que el índice, me reí sola y aún lo hago cuando me dicen que no soy verdadera lesbiana o que el feminismo es una farsa.