Me sigue llamando la atención el cinismo con que las mujeres europeasgringas aprenden de las mujeres de Abya Yala y la facilidad que tienen para no decir sus nombres, a menos, claro, que sea una mujer súper blanqueada y que además su apellido patriarcal les recuerde a ellas, por ejemplo, si nos apellidáramos, no sé, velazquetti herrerisky, ahí sí se darían la molestia de decir, ah, bueno, «la leí», o «como dice tal», pero en serio, es de no creerse su naturalizado racismo, la facilidad con que andan por la vida sin notarlo, el tremendo pensamiento patriarcal que defienden tras eso, casi una caricatura.
No sean como ellas, amigas, citen a sus amigas, madre, amoras, compañeras.
