Esto de la pedagogía feminista yo lo veo así, todas ya sabemos la respuesta, pero es cosa de encontrar el hilo que deshebra la ecuación. La pedagogía feminista implica encontrar esas preguntas colectivas y cuestionarnos juntas, una vez que las encontramos, una vez que inicia la reflexión, algunas (o muchas) comienzan a hablar ca-si como si fueran la propia Karina Vergara o la Adrianne Rich, sin conocerlas incluso, como si ya hubieran estado ahí las respuestas, como si supieran fácilmente que es sin hombres, como si toda la vida lo hubiéramos tenido así de claro, ¡es que lo tenemos así de claro! Una mala pedagogía, digamos, generista, el hilo que deshebra es de reforzamiento de la dependencia a los hombres y la enemistad a las mujeres, el hilo que desata es el de la misoginia con sus cuentos de «colaboración» con los feminicidas. En cambio, en una pedagogía lesbofeminista el hilo que se desata es el de la lesbiandad, encuentra que ya estaba ahí y va desbaratando la misoginia para retornar al amor entre mujeres, al jugoso centro pulposo de la libertad.