No importa todo lo que rompas

La heterosexualidad es un candado de nuestra libertad, no importa qué tanto rompas, destruyas, incendies, de todas formas los hombres están tranquilos, saben que te entrenaron para creyeras que naciste «heterosexual», saben que te entrenaron para que creyeras que hay algo «adentro» tuyo, «biológico», «natural» que hace que estés atraída por ellos, así que no importa qué tanto rompas, volverás a ellos después, incluso dirás que es tu «verdadero deseo», y si alguna compañera se atrave a cuestionar que no es nuestro ese «deseo» sino una coerción, tú dirás «no reprimas mi verdadero deseo». Por eso ellos ríen, mientras aún creamos que nacimos para ellos, no hay revolución posible.

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