Lo poco que sé es que las leyes son territorio de los hombres, pase lo que pase en esos terrenos siempre serán beneficiados los hombres, la gente blanca y a gente rica. Por eso el trabajo legislativo y a nivel institucional representa paliativos de corta duración, las compañeras que crean que están luchando contra el lobo limpiándole los colmillos son muy peligrosas porque ponen su corazón en el sistema, pero no se les ocurrió solas, creen que es la única opción, «la opción madura, inteligente y profesional». Pienso que es mejor saber lo que una hace para identificar cuándo escapar de la boca del lobo y no poner el corazón en el sistema y en cambio seguir apostando por caminos que sí lleven a la libertad, pero las compañeras que están conscientes de eso son muy pocas, la mayoría pone todo su corazón, tarde o temprano, en la institución. Por otro lado, están las que sí limpian la boca del lobo contentas por lo que están haciendo, ellas representan los intereses del mercado clandestino o legal del alquiler de úteros y la prostitución, de la explotación de las mujeres en las maquilas, hasta del tráfico de órganos, y no tendrán reparo en defenderlos, a los hombres dueños de las redes que defienden. La cosa es saber si una está más o menos inmersa adentro de la boca del lobo y si aún cree que lucha contra éste pidiendo más y mejores leyes, cuando en realidad solo estás limpiándole los colmillos mientras se prepara para abrir su hocico y tragarnos.
