No, nunca creas en la versión de un hombre. La manera como narra a las mujeres es como brujas malvadas donde él es una pobre víctima de sus hechizos, sus maldades y de su frialdad. No existe una mujer sin emociones, una mujer que sea toda calculadora o una mujer despiadada cuyo fin en la vida haya sido existir para dañar a ese «pobre e indefenso». Él la ha inventado para justificar su mediocridad, sus enojos, sus desencantos de sí mismo por ser quien es, y por supuesto, para ocultar su violencia. Por mucho que sea apetecible la versión de él y te sientas acompañada en tu propia e incómoda misoginia, no les creas. Por mucho que te describa la verruga de la nariz y la forma de sus escobas, no les creas. Tú misma eres la malévola de una narración de un tipo, cualquiera. En general, no creas en las palabras de ningún hombre.