La derrota es masculina

La derrota es masculina, rendirse es una cuestión que solo acogen los hombres. Aquí las mujeres enarbolan dignidad hasta el último aliento, sacan uñas y dientes aún cuando los hombres quisieron arrancárselos. Aquí se hace todo lo que estuvo destinado como imposible. Se recogen huesos de los desiertos, se grita afuera de los juzgados y se hacen latir corazones que ellos dictaminaron inertes. No me interesa la contemplación cuando la esperanza se gana a bocanadas. Me gusta detectar las hojas deshojándose del patriarcado, con un poco de ayuda arrancamos las que quedan, uno a uno ellos caen, perece cada agresor, tan lento e imperceptible que cuando lo logremos comprender, solo nos quedará montar un baile diurno entre mujeres, plantas, animales y brisa de sol, bailaremos como si despertásemos de un sueño y nos nacerán plumas, raíces y cauces en todos los océanos.

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