Gelatinas en vaso

Qué normalizado tenemos este mundo patriarcal que nos está pudriendo. Para vivir, hay que ganar dinero, para ganar dinero debes haber vivido ciertas jerarquías, si eres mujer racializada y precarizada, vas a estar abajo de todo, incluso debajo del hombre mendigo y campesino. Cada mujer latinoamericana enfrenta al mundo según lo suyo, trabaja según lo que pudo obtener dispuesto en las jerarquías, gana según sus posibilidades y sigue porque la maquinaria va andando y si se detiene, va más abajo, a duras penas puedes con tus deudas sobre ti. La gente rica nada en sus millones, pero acá las señoras mayores venden sus gelatinas en las esquinas con las que obtienen monedas que les alcanza para un bocado esa noche, eso si no son parte de una red de trata, de las que tanto abundan en la ciudad de méxico, y entonces, cada dos horas, un señor pasa por sus ganancias, se trepa en un taxi y continúa con las demás mujeres mayores. Qué normal este mundo en donde las mujeres son el último eslabón de todo, pero no todas, las mujeres racializadas y precarizadas, gracias a las cuales los ricos pueden tener dinero, esos millones que nos presumen en sus videos y fotos. Y lo vemos todo muy normal, hasta queremos ser esa gente, en esas piscinas, con sus cocteles, con sus bromas estúpidas, en sus largas mansiones.

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