La naturalización de la opresión es muy profunda y se cuela cuando le damos el beneficio de la duda al patriarcado. Ese beneficio de la duda está ahí cuando creemos que quizá habrá alguna mujer que esté feliz viviendo con un marido o novio «solidario», en una vida donde se «acompañen», quizá una, ¿no? digo, ¿cuestión de probabilidad? ¿qué puede tener de peligroso creer que debe haber alguna o algunas felices por ahí bajo el yugo?, claro claro, quizá a alguna mujer que se le obliga tomar cloro no debe intoxicarse, sí, suena lógico pensar que quizá alguna es feliz ahí… ahí está la creencia en la opresión. Quizá fue una cuestión de probabilidad que tú denunciaras al patriarcado, una cosa de historia personal, pero con un poco de suerte podrías haber encontrado ¿o encontrar aún? a un príncipe, a un compañero, un amigo, formarlos, colaborar con ellos…como a ella que le fue bien, ella que está feliz bajo el yugo, en sus fotos de instagram, en sus libros, en las películas, en la teoría heterofeminista… ¡Qué cuentazo nos hacen creer y volver a creer incluso en las que dicen ya no creer!
