Estos días me ha dado tiempo de encontrar todo el placer en cosas muy simples, en una buena cumbia, en la deliciosidad de las naranjas con tajín, en los frijoles refritos con toda la comida, en el agua que cae sobre mi cuerpo cuando me baño, en el timbre de la voz de las mujeres que escucho a diario, en bichi y su dependencia que me vigila cada movimiento para seguirme y reclamarme cosas imposibles, en el largo de mi cabello que no se detiene, en el sol que me quema cuando debo salir y en el helechito al que ni siquiera coloqué en maceta y que se está trepando a las cucharas de los guisados como si quisiera adornarlas.
