Colectiva

Leer textos, estar sola, ver documentales, todo eso es de un aprendizaje impresionante, pero amigas, hay tantos saberes que solo aprendemos conversando, sintiéndonos con la otras (si no es que todos) que comprarse la soledad neoliberal es bien peligroso. Yo amo estar sola, lo defiendo a capa y espada, pero las amoras y nuestra convivencia me han enseñado demasiado, no defiendo la soledad a modo neoliberal en donde me desentiendo de las otras y me asumo una «yo-consumista», no, la defiendo, la soledad, como el espacio mío, y solo mío, que habito en la colectividad de mujeres. A veces creo que entender que solo aprendemos juntas es percatarse que reunidas creamos una fuente, una amplia cascada de agua cristalina, solo puedes beberla si estamos juntas y desaparece cuando no estamos, pero te quedas con tu pedacito, ese pedacito que ya existía antes de reunirnos y que deriva de todas tus ancestras, una vez que sabemos eso, comprendemos que en la colectividad todas hacemos otra cosa que es creación de todas, pero que sin nosotras, no existiría, sin mi pedacito mío de mí, de cada una.

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