Que lo liberador de señalar al abusador y violador que nos hizo daño, sea solo el paso previo para reunirnos entre nosotras, construirnos la munda que merecemos, deshacernos de ellos en el camino, porque va a ser entre nosotras -alegres, lesbianas y amorosas- que se derrumbará el patriarcado, y allá el dolor de haber sido abusada, es ya furia y esperanza. No volverán a ser el centro en nuestras denuncias, nosotras somos nuestro centro, lo que sentimos, lo que pensamos, lo que soñamos, lo que queremos. Lo que le derive a ellos no es nuestro problema, lo que sí es nuestro problema es cómo abrazarnos entre nosotras hoy que estamos gritando que se vayan, lo que sí es nuestro problema es averiguar cómo se teje la libertad cuando has tenido la fuerza de señalar que no los queremos cerca, lo que sí es nuestro problema es cómo logramos soñar juntas para que no nos vayan a regresar con ellos nunca más, lo que sí es nuestro problema es cómo unir fuerza para que no tengamos ningún miedo.
