Soy muy tierra

Debo confesar que me encanta el sexo lésbico por temporadas, solo por temporadas, porque a pesar de mí, el ritmo capitalista neoliberal me hace perder la constancia y el interés con el paso de los días y las preocupaciones, hasta que viene otra temporada alta. Me atrae más una noche de cine o una cena con amigas que la pasión desbordada de la que hablan las novelas, pero eso es porque soy muy tierra. Me destruí la espalda en esta que ha sido mi corta vida laboral de una década, así que no soporto estar acostada mirando películas porque me duelen los huesos, puedo estar un par de horas, pero después todo me duele, me pone de malas estar encerrada en una habitación viendo películas, este dolorcito en el cuello lo anuncia. Pero tampoco amo mucho el ruido, me fastidian las conglomeraciones y los eventos llenos. Me gusta más caminar, ¡cómo lo disfruto!, caminar del norte al sur de la ciudad a mi paso, qué delicia saberme autónoma, que no dependo ni de un camión ni de un taxi, ni de su respectivo chofer hombre, es una maravilla no depender del tiempo ajeno para llevarme a donde yo quiera, con mis propias piernas, ¡faltaba más!, eso es lo que haré cuando el covid se vaya diluyendo, caminar largas horas de aquí para allá.

Deja una respuesta