Mi mamá se volvió experta en manejo, ella dice que no, pero para sus clases en Youtube que tomó, la verdad es lo que hace muy bien. El auto es viejo, se consiguió usado y donado, y ahora lo tenemos en calidad de prestado, pero anda muy bien, está muy bien conservado. La fantasía se cumple abordo. Estela al volante. Camila, la pequeña preparatoriana, de copilota. Amaranta a lado mío atrás. ¿Y si nos vamos a desayunar a Coapan? Coapan es un pueblo cercano. No, dice mi madre, Coapan no es carretera, yo quiero carretera. Bueno, entonces vamos a la ciudad de Puebla, dice Camila. No, mi mamá no se siente lista, bromea en que no podría en carretera, aunque hace segundos dijo que sí, pero la verdad es que no hay tiempo ni dinero, en casa hay mucha explotación heterosexual aún que nos espera. Seguimos en el auto con Flans sonando bajito y mi mamá canta; a veces suena música clásica y ella canta con «tu»: tuuuuururuuu tutuuuu turururuuuuu tuuuutuuuu, incluso mueve su cabecita suavemente de un lado a otro. ¿Y si nos vamos a vivir a tal lugar? ¿Y si viajamos aquí? Fantaseamos, aunque no haya tiempo, un día iremos nosotras aquí, un día haremos nosotras esto, un día nosotras, nosotras, nosotras, nosotras, mientras tanto desayunamos en el auto, guao, esto está deli. Ay, Luisa, ¿por qué dices «deli»? señala Amaranta burlona, porque quiero okey, pero esto está deli deli deli deli deli, súper deli. Nos apapachamos los ánimos con la convicción de que esto va a cambiar, ya verán que sí, en unos dos años a esto le prendemos fuego. Oye, ma, ¿y si le prendemos fuego a la casa y no regresamos? ¿Sí, verdad? Ay, Luisa, qué estamos locas o qué. Pues sí, mamá. Oye, ma, ¿qué dirán las vecinas que pariste a tres lesbianas? Pues por eso me vienen a decir que me acerque a la palabra del señor, me lo dicen bien seguido. Pero si las hijas de las vecinas también son lesbianas. Cállate, dice mi madre, ayer, la vecina ¿oíste? contando a todo mundo que se baña y duerme con sus amigas. Sí, escuché, le digo, es que es lesbiana y no se da cuenta. Yo solo la volteé a mirarla como diciéndole, niña, no digas eso aquí que hay tipos, pero ella como si nada. Es que te digo, ellas no se dan cuenta que son lesbianas, pero son bien lesbianas como todas, pero en serio, no lo saben, genuinamente no se dan cuenta, conozco cientos de casos así, todas, pues, tú, por ejemplo. Ya vas a empezar.