El placer en la heterosexualidad –a lado de los hombres– no existe, solo estás acostumbrada a fingir, actuar y demostrar lo que bien has aprendido en el patriarcado. Esa actuación es desde el autoconvencimiento, una misma sabe que está actuando porque te toca bajar y levantar el telón, pero aún así esperas el día para volverte la personaja del cuento, sueñas con sentirte cómoda en un papel que no es tuyo, ni eres tú, ni te hace feliz, ni da placer, pero lo actúas muy bien, se siente bien a ratos, te sientes esa mujer que te enseñaron a ser por momentitos, incluso hay aplausos en el público y una sonrisa que sabes acomodar muy bien aunque no sea tuya y no seas tú. El placer en la heterosexualidad –a lado de los hombres– no existe.
