En sesión, las compañeras hablan sin tapujos sobre un macho barbón que tiene INE de «mujer» que se cuela en espacios feministas a robar palabra, en la ciudad donde vivimos, hablamos de cómo existe la socialización y que no se elige, hablamos de que para nosotras ser mujer es trabajo forzado, que no es apariencia, que es cuerpo sexuado mujer donde se deposita ser mujer, le decimos «señor» o el don ese. Bien, cuando acabamos les digo, ahora imaginen que el señor ese, se pone senos con una cirugía, un minivestido y se quita la barba, apuesto a que lo hubieran aplaudido reduciendo todo lo que vimos a «apariencia». Algunas se miran sorprendidas, otras en shock. Así fue la primera sesión para quiénes no sabían que estaban en un espacio radical. Ya ven, acá no paramos.
