Duda si te digo que tus abuelas no bailaban «vogue» ni manoteaban al cielo. Duda si te digo que nuestro cuerpo de mujeres es resistencia y ancestralidad. Créeles a ellos que con un vestido te dicen que son una de nosotras. Créeles a ellos cuando en ropa ajustada, esa que tantos dolores nos ha acarreado, se ostentan «más mujeres que las mujeres». Duda de las feministas que te cuentan que el feminismo es de las mujeres. Créeles a ellos que dicen que se trata de identidades y falos. Duda de ti. Créeles a ellos. Duda de nosotras que seguimos hablando de nuestro cuerpo, de nuestras vulvas, de nuestros úteros, de nuestras menstruaciones, de nuestros abortos, nuestros partos, nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras rebeliones. Créeles a ellos que nos acusan de «esencialistas» por calzar nuestra voz. Duda de ti que temes violencia de los hombres en las calles, en casa, en los trabajos, en la escuelas. Créeles a ellos que robaron baños de mujeres para hacerlos de hombres, digo, «neutros». Duda de ti que sabes qué es sobrevivir a violaciones. Créeles a ellos que te hacen llamados a la prostitución y pornografía. Duda de ti que cada pedacito de tu cuerpa la has recuperado. Créeles a ellos que ponen precio a cada uno de tus órganos y te venden al mejor postor. Duda de ti. Créeles a ellos. Duda de ti en medio de los contingentes. Créeles a ellos cuando te llamen terf y quieran pasar por encima de tu vida. Duda de ti. Ríete con ellos. Créeles a ellos. Ellos siempre tienen la razón.