Elementos para cuestionarse la heterosexualidad

Cuestionarse el patriarcado con su motor la heterosexualidad significa obviamente dejarse de relacionar con varones amigos o novios, pero también supone desterrar la parte nodal en que se construyó el patriarcado hace miles de años:

1. Hijos varones (sobrinos, ahijados),
2. Hermanos varones (primos, etc),
3. Padres (tíos, abuelos).
Esto es evidente decirlo pero es necesario aclararlo porque hay quien cree que solo hablamos de novios o esposos.

El patriarcado y sus tentáculos de poder central no recae únicamente en el novio, amante o esposo sino en hijos varones, hermanos varones, tíos, abuelos, padres. No es más sencillo sacarse a un hijo, hermano, padre y abuelo que a un novio. Por eso la radicalización lésbica no implica únicamente sacarse de la vida al novio-amante o esposo, como ingenuamente enuncian desde la diversidad lgbt con tintura violeta, sino sacarse también al hermano varón, sobrino varón, hijo varón, amigo varón, al padre, al abuelo. Ahí el nodo de poder patriarcal, el verdadero nodo, en donde se reproducen los tentáculos de poder y probablemente la parte más difícil porque gracias a esas relaciones impuestas sobre las mujeres el patriarcado anda, se mueve, es escurridizo. Es incómodo para todas leerlo, pero es necesario decirlo: No caerá el patriarcado si hijos, hermanos y padres siguen siendo nuestros amos y señores, pero para que dejen de serlo no es suficiente llevarnos “de otra forma”, implica desterrarlos de nuestras vidas, así como tajantemente sacamos a los hombres desconocidos desde una apuesta potente de feminismo, a eso llamamos radicalidad.

Deja una respuesta