También las amigas son distintas con el tiempo

Una lo ve con el tiempo, cuando era más machista me juntaba con compañeras más machistas. Conforme estás dispuesta a cambiar, los caminos juntas dejan de tener encuentro. Por eso abandonamos amistades, sobre todo, de los hombres. Con respecto a las mujeres, también una deja de tener coincidencia con compañeras cuyos caminos van por otros lados. Reconozco en mi pasado mi amistad con mujeres academicistas, competitivas, clasistas y misóginas, porque yo era muy como ellas, por eso me enamoré de ellas, anduve con ellas, fueron mis amigas por años, una quiere creer que una no era como ellas, pero sí era, sus prácticas me resultaban normales y sus comentarios no me incomodaban, nos nutríamos unas a otras en esas certezas. Pero pasan los años y ahora sí incomoda mirar hacia atrás. Obviamente aún cargo con mis cosas patriarcales, pero siento, eso espero, que son menos que las de antes, al menos un poco. Quizá mañana –o no– porque no es una línea ascendente sino un círculo infinito, me encuentre mirando mi ahora presente, entonces pasado, con prácticas cuestionables, sería estupendo saber entonces que he cambiado, así que por ahora averiguo cada segundito qué cosas me incomodan, qué comentarios me alejan de gente, qué prácticas me acercan a compañeras, qué bases nos hacen permanecer juntas y cuáles nos avisan que es mejor poner una gran y enorme distancia, ellas cambiarán, yo cambiaré, con algunas seguiremos direcciones opuestas y lejanas, adiós; con otras seguiremos coincidiendo, los holas cotidianos, los mensajes de la tarde, la pizza que está en espera, el viaje en nuestras agendas.

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