Reflejos patriarcales

Cuando una niña o un niño acaba de nacer, su sistema nervioso posee reflejos innatos, son movimientos involuntarios como respuesta a estímulos. Por ejemplo, está «el reflejo de sobresalto», aparece cuando al cargar a una bebé y acostarla en su cama, ésta extiende sus bracitos ante la sensación de estar cayendo de espaldas; otro ejemplo es el «reflejo de presión palmar» que ocurre al acercar un dedo a la manita de la recién nacida y ella simplemente te apachurra.
Los reflejos innatos son movimientos básicos que posee la menor como punto inicial de su desarrollo, incluso si estos no aparecen, es síntoma de alarma, o si permanecen más allá de seis meses, también; bueno, el tiempo varía según el reflejo.
La explicación –como siempre– es histórica. Del reflejo de sobresalto se habla que se desarrolló como forma de prevenir que la menor cayera al estar amarrada en las espaldas de su madre, así si se desequilibraba mientras las mujeres andaban largos caminos en tiempos no patriarcales, ella misma volvía a aferrarse, es decir, es un movimiento aprendido históricamente, así que si bien es una respuesta a un estímulo: sentir que te caes, la reacción es histórica: abrir los bracitos para aferrarse a la espalda de mamá.
¿Se imaginan cuántos reflejos innatos tuvimos las mujeres al nacer que deben hablarnos del mundo ginocéntrico del pasado? Yo me encuentro fascinada con la idea, pero quizá estoy desvariando.
Por otro lado, sospecho que también tenemos «reflejos patriarcales», reacciones involuntarias narradas por los hombres en nuestro cuerpo que hacemos sin meditar, claro que es muy tarde para culpar a algo más allá de nuestra socialización porque ya estamos creciditas y no somos recién nacidas con una cajita de movimientos involuntarios, pero debe de haber algo allí.
Yo a veces digo de bromita que mi reflejo patriarcal es querer casarme (con una mujer, claro), un movimiento involuntario incrustado en mi memoria ancestral, lo digo de bromita porque no me voy a casar, pero me nace querer casarme. En realidad esto no sería un «reflejo patriarcal» sino socialización femenina, pero lo uso de ejemplo para ser un poco menos confusa.
Un reflejo patriarcal sería la indefensión aprendida, ojo que hago énfasis en «aprendida» porque esto es historia, se trata del miedo que recorre nuestro cuerpo antes de poder clavarle un lápiz en el ojo al violador, por supuesto que es socialización presente, vivida desde que naciste, pero también debe haber miedo ancestral aprendido en generaciones pasadas, o sea, debe ser un reflejo derivado de la historia patriarcal.
La niña sentirá miedo por clavarle el lápiz en el ojo a su abusador no solo por la socialización femenina presente sino por un pasado colectivo ancestral de opresión patriarcal, lo que significaría que la tenemos doblemente difícil, pero nada es imposible, tan es posible librarnos de esto, que es posible librarnos de la socialización de oprimidas, pero para eso, toca descifrar qué de lo que sientes es tu cuerpa rebelde ginocéntrica y qué es la memoria del opresor: tu cuerpo, narrado en masculino.
De ahí que sea pertinente hacer la diferencia entre decir cuerpA con A, cuando hablamos de la territoria que es tuya en tu historia de mujeres; y digamos cuerpO con O para seguir hablando de lo que hicieron de nosotras. A mí la lesbiandad me brota de mi cuerpA, a pesar de mi cuerpO construido en el patriarcado. Yo aún tengo –sospecho– reflejos patriarcales, y por supuesto, socialización femenina, pero mi cuerpA ancestral me sostiene para quitármelos uno a uno porque cada vez creo más que esto que hicieron de mí sí es posible quitármelo todo, todo.
¿Pero saben qué? Dudo de mucho de lo que acabo de escribir, ¿saben? la otra posibilidad es que no haya reflejos patriarcales y que la socialización femenina sea endeble, y que todo sea un truculento discurso para creer que la tenemos «doblemente difícil», ¿saben? quizá nunca lograron destruir nuestra memoria ginocéntrica porque ¿han visto lo enloquecidas que son las niñas pequeñas? ¿la fuerza que tienen? ¿han escuchando a una niña analizar la realidad? Es impactante la fortaleza, la rebeldía, la tranquilidad, la felicidad, la claridad de saber de sí misma que no nació esclava, ¿y si la tenemos maravillosamente fácil? ¿y si sí vamos ver cómo derrumbamos esto?

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