Una yo con una tú, donde yo tiento despacito qué podría gustarte y tú aceptas mientras yo averiguo qué esperas de mí. Una tú con una yo, donde tú propones sabiendo que podría no aceptar, pero yo acepto porque vengo del futuro. A pesar del diálogo –cómo está, estoy bien, esto propongo, aceptamos– hay un factor sorpresa porque no eres yo ni yo soy tú, y eso es todo lo que espero de la tarde.