La inclusión en la democracia es el comercial de Coca-cola distinto para cada lugar, una mujer tomando el refresco en una de las pantallas de Times Square, una mujer en la sierra de Oaxaca tomándosela a lado de un molito en un comercial de televisión, una mujer en alguna playa de Brasil con su bebida azucarada plasmada en el espectacular de alguna avenida latinoamericana. El patriarcado es inclusivo porque la inclusión no cuestiona la maquinaria de explotación, la legitima, es la fila de gente esperando a entrar a un centro comercial, mientras compres, mientras aceptes la explotación, todo está bien. La inclusión que plantea la democracia no es una base feminista, todo lo contrario.