Es difícil adivinar qué piensa mi madre de mí. No me ha pedido que me case, jamás me ha dicho que le de nietos o nietas y cuando hablo de parejas, me dice que es mejor estar sola, pero que haga lo que me haga feliz. De todas formas yo hago lo que quiero, ya me casé antes (y divorcié), ya me embaracé (y aborté), ya he vivido con más de un par de novias. Quisiera que un día me dijera qué espera de mí para tener a qué oponerme, jaja, que así con tanta libertad me deja en el desamparo de mis propias decisiones, y se siente bien, para qué les voy a mentir, pero me queda la duda de qué estará pensando, a veces creo que no piensa ni siquiera en mi vida, que mi mamá se fue recuperando a su paso y que es genuino que no le interesa más allá que yo siga viva, sea cual sea que sean mis decisiones. Y no es nuevo, así ha pasado al menos la última década, mi mamá no dice lo que espera de mí y es que quizá ella no espera nada, me queda la duda genuinamente de qué estará pensando cuando le cuento mis planes, desde hace muchos años solo escucho «como veas», «tú sabes bien», así que me creo que sé lo que estoy decidiendo y me creo que no necesito más, como caminar en una tabla dispuesta en lo alto de un rascacielos y querer caminar a fuerzas por ahí, pero estar convencida de que eso es lo que quiere una. Espero que si un día sucede que una hija esté a mi cuidado, pueda decirle «como veas», «tú sabes bien» y verla tomar sus decisiones, aunque no me gusten o quizá no me dé tiempo de averiguar si son decisiones buenas porque no es mi vida y ella sabrá bien lo que hace, y si no sabe, de los errores se aprende mucho más.