No somos iguales

Las mujeres bien educadas en el patriarcado dicen que lo único que diferencia a los hombres de las mujeres son sus genitales, pero nos aclaran con prisa: «somos iguales». Ellas se ponen a enlistar algunas cosas como que ellos pueden llorar y nosotras también o que las mujeres podemos usar un taladro y ellos también, blabla. Pero empecemos por el inicio, antes de todo, detengámonos en el cuerpo, las mujeres tenemos la capacidad enorme de gestar y de parir, es una capacidad inigualable e incomparable con el insignificante cuerpo de los hombres, no son genitales y ya, no, es la vida misma, el origen de todo y solo nosotras podemos hacerlo. Un feminismo que no sabe qué hacer con la capacidad de parir de las mujeres al punto de negar su útera, es un feminismo condenado a aplaudir el cuerpo de los hombres. Miremos alrededor.

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